Isabelle Huppert: “No tengo miedo a envejecer en mi profesión”

Entrevista
La musa del cine europeo es un personaje difícil. Va por la vida de forma muy misteriosa. Los expertos dicen que es la representante del Vampirismo “cool”. Pese a todo ello tiene opinión. Ve el cine francés muy mal, no tiene pánico a envejecer y prefiere trabajar en el teatro porque se genera una intimidad más fuerte con el espectador.

Isabelle Huppert, es una actriz a la antigua. Mejor dicho, es una diva de las que no quedan aún en la industria del cine. Llega tarde a la rueda de prensa. No se disculpa y responde a las preguntas de los periodistas casi con monosílabos.

Huppert, quien siempre es extremadamente misteriosa, sabe que puede hacer eso y mucho más porque, no sólo es uno de los nombres más destacados del cine internacional, sino que también es una de las actrices más admiradas por la crítica y el público. Empezó a ser conocida a través de su papel La Dentellière (La Escalera) de Claude Goretta, en 1977, por el cuál obtuvo el Premio a la mejor actriz Revelación dela Academia Británica (BAFTA). Recibió a los 25 años el premio de la mejor actriz en el Festival de Cannes por su papel en Violette Nozière (1978) de Claude Cabrol y además, fue galardonada en 2003 con el Premio Donostia en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

La actriz francesa es considerada en Europa como una persona que ha demostrado audacia en sus elecciones, tanto en el cine como en el teatro, porque se ha guiado por su inteligencia y una buena intuición. Asimismo, su carácter siempre le ha orientado hacia caminos más riesgosos y esto es lo que más seduce al público, al igual que su determinación casi infantil de forjarse un destino como actriz.

El cine es intimidad

Pese a lo afixiante que es el ambiente del cine, Isabelle no ha renunciado a vivir su vida. Sabe que forma parte del mundo y que puede compartir su intimidad manteniendose al mismo tiempo a una cierta distancia del espectador. “El cine para mí es intimidad. No creo que el cine tenga que ver con la familiaridad, para mí es al mismo tiempo público y privado. Yo doy gran parte de mi intimidad en el cine y respeto mucho la distancia de la gente que me mira y también que no haya intrusión por parte de esa gente. Pero para mi el cine definitivamente es intimidad”, explicó.

En cuanto a si la intimidad se pierde en el teatro, la artista señala que en este sector no se pierde esa relación. “Los actores, quienes trabajan tras bambalinas, y el público en el teatro son muy diferentes a los del cine. En el teatro se marca todavía más esta intimidad. Una de las cosas por las que me gusta hacer teatro es porque se puede marcar la diferencia con el cine y eso me agrada. Además, el teatro ha cambiado, ahora los espectadores son mixtos. Tanto aficionados al cine como al teatro se juntan a ver una obra de tablas y eso es bueno para el arte”.

Y continúa: “Los directores de teatros también prestan mucha atención a esta relación intima que busca el espectador. Y muchas cosas del cine las podemos encontrar en el teatro, porque aunque el cine es muy artificial en este tiempo, muchos directores logran recrear este mismo artificio de la pantalla grande en el teatro a través de la luz, del sonido”, comentó.

Por otra parte, Huppert reconoce que le gusta provocar el encuentro con los más variados cineastas, haciéndoles creer que ellos la han escogido, cuando lo más frecuente es que sea ella quien los escoja. De ahí que durante su carrera artística haya compartido plató con relizadores exigentes y de gran talento como Bertrand Tavernier, Jean-Luc Godar, Michael Haneke, Otto Preminger, Michael Cimino, Hal Hartley y Paul Cox. “No me pongo en manos de cualquiera y se dónde poner los pies y con qué director trabajar. Mi trabajo parte del pacto de confianza con este director. Sin ese pacto no hay nada. La confianza con el director se crea, no cae del cielo, hay que tener voluntad para aclararla, se tienen que dar las condiciones, y al final hay que decidir y tener esa actitud. Este rasgo de confianza es más femenino que masculino, se da más en las actrices”.

Además, su horizonte artístico no esta limitado por la edad y asegura que pese a tener 53 años no tiene miedo a nada ni siquiera a perder su vigencia en el cine. “En principio no tengo miedo de envejecer en mi profesión. Es más, los papeles que me pueden dar miedo son lo que mas me van a interesar como actriz. Tampoco tengo miedo al teatro, donde a lo mejor el pánico puede ser más inmediato. Yo intento disfrutar cuando estoy haciendo cine puesto que no es agradable tener miedo en situaciones de rodaje”, acotó.

En cuanto a si se ha sentido frustada tras ver que una película suya no queda bien, nos dice que ha tenido suerte en ese sentido y que nunca ha pasado por ese agobio. “Puede haber fracasos o éxitos en las películas que he trabajado. Puedo terminar decepcionada por la frustración como actriz de no poder expresar todo lo que quiero en la película que he rodado. Pero para superar ese estado ruedo muchas películas porque así salgo de una pequeña decepción. Luego quiero ver si esta se mantiene en la próxima película”, contó.

La situación difícil del cine francés

La interprete de “La pianista” (Michael Haneke.-2001) cree que el cine francés va a la baja, especialmente frente a otras manifestaciones artísticas como el arte contemporaneo, la foto, la pintura, a la cual la gente le muestra cada vez más interés. “Esto debe ser sintomático porque las exposiciones en Francia tienen cada vez más éxito. Por ejemplo, la pintura tiene ahora más éxito que el cine. Mi impresión general del cine es que presenta una situación general difícil. Si bien antes se decía que el cine francés esta a la baja creo que ahora es real. Además estas dificultades se pueden encontrar en varios sectores del cine”, señaló.

La femme fatal francesa asegura que seguirá haciendo cine y que no ve su profesión como un desafío o un reto. “Para un actor, el oficio es cómodo y reconfortante. Yo no tengo desafío ni riesgos en cada proyecto que comienzo. Es gracioso que la gente crea que los actores tengamos desafíos o retos con cada película pero en mi caso no pasa”, recalca. Asimismo no quiere adelantar nada de sus próximos proyectos porque “no me gusta mucho hablar de películas antes de que están hechas, por la dificultad que tiene hablar de lo que aún no es”, concluyó.

Definitivamente con Isabelle Huppert, el cine es únicamente misterio. Fiel a su origen mismo.

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