Jean Michel Jarre renace de las cenizas
Tras largos siete años de sequía, el músico vuelve a las radios con una nueva propuesta electrónica dance - house que pretende reflejar el mundo de la relaciones de pareja y las sensaciones que generan éstas, tan olvidadas por las tecnologías.
Madrid
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Más filosófico y con un mensaje social. Esa es la nueva faceta del compositor Jean Michel Jarre (58), nacido en Lyon y pionero de la música eléctronica en los años 70 y 80, plasmada en su última creación “Téo Téa”. Se trata de un proyecto conceptual que plantea lo importante que son las relaciones humanas y sus sensaciones, frente a este mundo virtual que nos vuelve impersonales.
“Parece que hoy en día tenemos cada vez más celulares, más páginas webs, blogs, satélites, herramientas de comunicaciones en general, pero la gente esta más sola que nunca y para solucionar este problema busca pareja en Internet. Pero no sólo sirve para encuentros sexuales, sino también para compartir valores, sentimientos, emociones. Esto es un aviso y creo que debemos preocuparnos de la relaciones humanas”, explicó Jarre en su presentación en Madrid.
El primer single, que lleva el mismo nombre del álbum, comienza con la historia de estas dos almas gemelas que tienen nombres similares, un físico parecido y los mismos vaivenes vitales. “No es la historia de dos personajes, se trata más bien de personajes genéricos. No estoy contando su historia. Para mí la música siempre ha sido como uno de los últimos modos de descripción que permite al público crear su propia película”.
De esta manera, el galo entrega al público la posibilidad de generar su propio pensamiento sobre el disco. “Es casi como una película de David Lynch, que establece el marco y el ambiente, y cada uno va creando su película en su mente”.
“Téo Téa” oscila entre el dinamismo de temas como “Fresh News”, "Partners in Crime", “OK, Do it Fast” y la sensualidad de “Beautiful Agony”, “Touch to Remember”, "In the Mood for You" y "Melancholic Rodeo", pasando por los ritmos “up-tempo” de pista de baile presente en "Chatterbox". En definitiva, se trata de un disco más rítmico y más bailable que los anteriores.
“En algunas pistas hay música dance, en otros trance, también algo de house, y yo creo que las hice así porque a los lugares donde vamos a bailar son lugares de encuentro, de baile corporal”, remarcó.
El objetivo de Jarre no es otro que recrear el momento de un encuentro con alguien, esa especie de flechazo y conexión, los múltiples estadios de la gente en su relación con los otros. “Una de las canciones se llama “Vintage“, y la llamo así porque hay muchos encuentros que se quedan en la memoria y que se recuerdan cuando se escucha una determinada canción. Otra canción es Gossip, “copucha”, porque, seas famoso o no, cuando empiezas una relación se generan rumores entre los amigos, familiares... Es una forma de representar las relaciones humanas a través de la música”.
La verdad es que, tras unos largos años de depresión y sequía profesional, Jean Michel vuelve con aire fresco. Algo que percibe en su proceso creativo y por ende, en el resultado. “Después de unos tiempos difíciles a nivel personal y profesional, me encontré muy entusiasmado y emocionado. Hice como 50 demos en un mes, llegué al estudio con 20. El método de creación fue diferente al pasado. Empecé con ritmos, bajo y batería, y no con armonías. Es un sonido más humano”.
La renovación de sus treinta años de carrera, sin embargo, no deja de lado pequeñas reminiscencias del pasado y este disco con trece temas hace guiños a 'Oxygène', el cual le dio su fama mundial con más de 12 millones de copias vendidas en Francia. “ Lo único que pienso es que uno no puede escapar de quién es y que la música siempre tiene puntos en común con la historia del artista. Las canciones, en un principio, para mí eran diferentes y creo que cuando uno piensa que está haciendo algo diferente al final termina haciendo lo mismo”.
Amante de la mezcla de sonidos y ritmos, Jean Michel Jarre empezó con música clásica en sus obras, pero finalmente la electrónica le permitió crear más libremente y conseguir la fusión que necesitaba, a su medida. "La electrónica, a diferencia de la música analógica, te permite algo más que escribir textos y melodías, y no es otra cosa que crear tu propio sonido". Entre sus autores favoritos se encuentra un amplio elenco que va desde Chet Baker, Stravinski, hasta The Killer o Goldfrapp.
Por su parte, el creador de las bandas sonoras de 'Gallipolli', de Peter Weir, o de 'Nueve semanas y media', de Adrian Lyne, adelantó que trabajó con el autor de 'El tambor de hojalata', Volker Schlöndorff, en su nuevo filme, 'Strike' ('Huelga'). "La película trata de la vida de una mujer que formó parte del grupo de trabajadores que creó el sindicato 'Solidaridad' en Polonia", explicó.
En tanto, la gira del nuevo trabajo está descartada para este año, ya que Jarré no siempre esta pensando en la actuación en directo. “Eso suele venir bastante después. El trabajo en estudio es muy diferente de las actuaciones. Hay algunos músicos que consiguen hacer las dos cosas a la vez. Sin embargo, yo sigo centrándome en el álbum y organizando presentaciones en algunas discotecas europeas que serán retransmitidas a través de Internet. Eso sí, habra una gira durante el próximo año”.
Y esa gira de 2008 se intentará vincular con los programas de educación que propone la ONU para países en vías de desarrollo. “En los países en vía de desarrollo muere un niño cada minuto por falta de agua. Esta situación está vinculada con la educación, ya que en África las mujeres hacen todos lo deberes y tienen que caminar muchos kilómetros para encontrar el agua, lo que no les permite acudir al colegio. Y estas niñas cuando se convierten en madres no pueden enseñarles nada a sus niños. A mí me gustaría dar conciertos subrayando estos problemas porque, como músicos, debemos darle énfasis a estos problemas y transmitírselos a los jóvenes para que se den cuenta y capten el mensaje”, concluyó.
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