Gabriel Range: Es devastadoramente fácil distorsionar la realidad
George W. Bush ha sido asesinado en Chicago y la caza de brujas es incesante por parte del FBI. El objetivo de la policía federal es toda la oposición peligrosa al gobierno, especialmente los ciudadanos de nacionalidad árabe.
En esos parámetros se desarrolla la trama del falso documental ‘Muerte de un presidente’ del director Gabriel Range, que en EE.UU ha generado una gran polémica y una censura implacable en la mayoría de salas de cine del país.
“ Yo estaba viviendo en NY en 2003, antes de la invasión de Irak y me impactó mucho la manera cínica como la administración Bush presentó el caso a favor de la invasión de Irak y pensé que imaginar el asesinato de Bush sería una manera provocativa de presentar la manipulación de los medios de comunicación a favor de este clima”, comenta el creador a IC sobre el eje que inspiró su obra.
Es que ‘Muerte de un presidente’, más que un reportaje visual amarillista es una metáfora de la pérdida de poder de Bush y de las cosas que han pasado en EE.UU después del 11S. “Las cosas que siguen al asesinato ficticio que muestro en la película son cosas que realmente ocurrieron despues del 11S, cosas que no hubiesen ocurrido sino se hubiese dado ese clima de miedo que ha sabido tan bien explotar Bush para continuar con sus planes de ‘democratizar’ Medio Oriente”, explica.
Sin embargo el filme, que necesitó mas de un año y medio para montarse, no tuvo un camino definido ya que a medida que Range y su guionista Simon Finch hacían las investigaciones evolucionó a una especie de Thriller.
“Muchos de los giros y las cosas que fueron resultando en la película vinieron a partir de las personas con las que hablamos. Fue mucha gente que entrevistamos como veteranos, familias de veteranos, con sospechosos, escritores de los discursos de Bush, etcétera. Y queríamos que esos acontecimientos se desarrollasen dentro de un marco específico y temporal como Chicago. Por ejemplo, esa ciudad pone su sentido de conciencia sobre lo peligroso que se estaba volviendo la guerra”.
Asimismo para Range la idea de hacer referencias a la historia norteamericana en su filme era elemental para generar un vínculo con los espectadores. “El asesinato del presidente Kennedy o el atentado contra Reagan a la salida del hotel, está en el consciente de la gente y eso ayuda para conectarse con la gente. También quería explorar un poco la erosión en el proceso de justicia y el profundo daño causado a la gente con esta guerra”.
Gabriel Range, médico de profesión que se introdujo en el periodismo con un master, señaló que el documental periodístico como formato lo eligió como una forma de “mostrar lo devastadoramente fácil que es distorsionar la realidad y sobretodo, la vía, el camino por la que nos esta llevando la política de la administración de Bush”.
En tanto, la película no ha tenido un paso tranquilo en su presentación. En el festival de Toronto tanto él como el director del evento recibieron amenazas de muerte. “La reacción inicial fue muy fuerte. Recibió todos los calificativos posibles de los políticos: abominable, despreciable, un horror. Y ni siquiera la habían visto. Lo cual ya dice mucho del clima que se había creado con la película”.
En ese momento, la gran crítica que recibía el británico era que imaginar el asesinato de una persona viva, en este caso del señor Bush, era trazar una línea que no se debería trazar. “Para mí, el hecho en sí no es para tomarlo como entretenimiento sino para explorar temas y cuestiones muy importantes que han afectado a EE.UU, a Europa, a Medio Oriente, y a todo el mundo después del 11S”.
Por su parte, si bien el ambiente en el país del norte está muy crispado, Range no cree posible que suceda el asesinato del presidente. “Bush es de los presidentes más odiados de la historia en EE.UU. Hay mucha ira y enojo en el país. Pero de ahí a que alguien realmente decidiera ir matarle, yo creo que no. Y espero que la película deje claro que esa no es la solución. Sobretodo por que la posibilidad de un presidente como Cheney asume es aterrador”, señaló.
Además, a su parecer tanto a Bush como a Cheney no les importa para nada dañar la imagen y las posibilidades del partido republicano, y siguen con sus planes. “Porque siguen hablando de atacar a Irán y si creemos los artículos del periodista Seymour Hersh, parecen que ese proyecto de atacar con bombas nucleares es verdad”.
Definitivamente, al calvo cineasta ‘Muerte de un presidente’ le ha dado mucha popularidad y le llueven los proyectos. Acaba de escribir ‘Paramount’, un trhiller ambientado en Texas, y un western sobre Osama Bin laden y los talibanes. Sin embargo, no está en su mente realizar una serie sobre el ex mandatario inglés Tony Blair. “Bush es el motor de todo esto y de la película. Blair solo siguió a Bush y de verdad, es un individuo bastante anodino y su película no es tan interesante”, concluyó.
En esos parámetros se desarrolla la trama del falso documental ‘Muerte de un presidente’ del director Gabriel Range, que en EE.UU ha generado una gran polémica y una censura implacable en la mayoría de salas de cine del país.
“ Yo estaba viviendo en NY en 2003, antes de la invasión de Irak y me impactó mucho la manera cínica como la administración Bush presentó el caso a favor de la invasión de Irak y pensé que imaginar el asesinato de Bush sería una manera provocativa de presentar la manipulación de los medios de comunicación a favor de este clima”, comenta el creador a IC sobre el eje que inspiró su obra.
Es que ‘Muerte de un presidente’, más que un reportaje visual amarillista es una metáfora de la pérdida de poder de Bush y de las cosas que han pasado en EE.UU después del 11S. “Las cosas que siguen al asesinato ficticio que muestro en la película son cosas que realmente ocurrieron despues del 11S, cosas que no hubiesen ocurrido sino se hubiese dado ese clima de miedo que ha sabido tan bien explotar Bush para continuar con sus planes de ‘democratizar’ Medio Oriente”, explica.
Sin embargo el filme, que necesitó mas de un año y medio para montarse, no tuvo un camino definido ya que a medida que Range y su guionista Simon Finch hacían las investigaciones evolucionó a una especie de Thriller.
“Muchos de los giros y las cosas que fueron resultando en la película vinieron a partir de las personas con las que hablamos. Fue mucha gente que entrevistamos como veteranos, familias de veteranos, con sospechosos, escritores de los discursos de Bush, etcétera. Y queríamos que esos acontecimientos se desarrollasen dentro de un marco específico y temporal como Chicago. Por ejemplo, esa ciudad pone su sentido de conciencia sobre lo peligroso que se estaba volviendo la guerra”.
Asimismo para Range la idea de hacer referencias a la historia norteamericana en su filme era elemental para generar un vínculo con los espectadores. “El asesinato del presidente Kennedy o el atentado contra Reagan a la salida del hotel, está en el consciente de la gente y eso ayuda para conectarse con la gente. También quería explorar un poco la erosión en el proceso de justicia y el profundo daño causado a la gente con esta guerra”.
Gabriel Range, médico de profesión que se introdujo en el periodismo con un master, señaló que el documental periodístico como formato lo eligió como una forma de “mostrar lo devastadoramente fácil que es distorsionar la realidad y sobretodo, la vía, el camino por la que nos esta llevando la política de la administración de Bush”.
En tanto, la película no ha tenido un paso tranquilo en su presentación. En el festival de Toronto tanto él como el director del evento recibieron amenazas de muerte. “La reacción inicial fue muy fuerte. Recibió todos los calificativos posibles de los políticos: abominable, despreciable, un horror. Y ni siquiera la habían visto. Lo cual ya dice mucho del clima que se había creado con la película”.
En ese momento, la gran crítica que recibía el británico era que imaginar el asesinato de una persona viva, en este caso del señor Bush, era trazar una línea que no se debería trazar. “Para mí, el hecho en sí no es para tomarlo como entretenimiento sino para explorar temas y cuestiones muy importantes que han afectado a EE.UU, a Europa, a Medio Oriente, y a todo el mundo después del 11S”.
Por su parte, si bien el ambiente en el país del norte está muy crispado, Range no cree posible que suceda el asesinato del presidente. “Bush es de los presidentes más odiados de la historia en EE.UU. Hay mucha ira y enojo en el país. Pero de ahí a que alguien realmente decidiera ir matarle, yo creo que no. Y espero que la película deje claro que esa no es la solución. Sobretodo por que la posibilidad de un presidente como Cheney asume es aterrador”, señaló.
Además, a su parecer tanto a Bush como a Cheney no les importa para nada dañar la imagen y las posibilidades del partido republicano, y siguen con sus planes. “Porque siguen hablando de atacar a Irán y si creemos los artículos del periodista Seymour Hersh, parecen que ese proyecto de atacar con bombas nucleares es verdad”.
Definitivamente, al calvo cineasta ‘Muerte de un presidente’ le ha dado mucha popularidad y le llueven los proyectos. Acaba de escribir ‘Paramount’, un trhiller ambientado en Texas, y un western sobre Osama Bin laden y los talibanes. Sin embargo, no está en su mente realizar una serie sobre el ex mandatario inglés Tony Blair. “Bush es el motor de todo esto y de la película. Blair solo siguió a Bush y de verdad, es un individuo bastante anodino y su película no es tan interesante”, concluyó.
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