Robert Rodriguez: Yo siempre apoyo a los latinos porque llegan desprotegidos a Hollywood



El texano forma parte del grupo de directores que aplican la estrategia de presupuesto a bajo costo a cambio de libertad creativa absoluta. Siempre visionario. Primero con la tecnología 3D en Sin City, ahora con su última película Planet Terror revive el género de miedo de serie B, Grindhouse, y abre un nuevo nicho en la pantalla grande que muchos quieren imitar.

Madrid

Una reunión en la casa de Los Angeles, en California, de su amigo de parranda y de proyectos, Quentin Tarantino, fue el lugar donde nació la idea de reeditar las sesiones dobles de películas de terror de bajo presupuesto de los setenta que se montaban en los cines norteamericanos y que son llamadas Grindhouse. “La idea de hacer unas de estas dobles entregas de metraje corto de una hora duración la tuve mucho antes de empezar a filmar Sin City. Y no fue hasta que un día hablando con Quentin, viendo los poster de Grindhouse que tenía en su casa, le dije por qué no hacía otra película y la estrenábamos juntos”, contó Robert Rodriguez en Madrid.

Tras una larga conversación de cine entre cervezas, a los dos directores se les dispararon las neuronas, y comenzaron a soñar despiertos con hacer trailers de mentira o series inventadas. “Hablamos con nuestros amigos directores y se creó el circo que normalmente montamos nosotros”, confesó el cineasta quien también le pidió a Tarantino participar con un breve papel. “Al comienzo no quería, pero lo convencí”.

Entonces, tanto Rodríguez como Tarantino se decidieron a filmar Death Proof y Planet Terror, respectivamente, y se juraron respetar la columna vertebral de los Grindhouse: contar una historia de miedo, lanzar mucha sangre a la pantalla pero todo con muy bajo presupuesto. “Básicamente muchas de ellas eran buenas ideas pero no con el suficiente dinero para llevarlas a cabo y muchas de ellas daban más risa que miedo. En cualquier caso, yo quise añadir una buena idea a este concepto Grindhouse, que era contar la historia de un pueblo que fuera infectado por un agente químico que los convirtiera en zombies y que una serie de extraños se juntaran y lucharan contra el virus. Y al final, la figura de una stripper o Go Go dancer con una pierna metralleta se convierte en una especie de Mesías. Nada más que eso, sin ninguna otra pretensión”.

Robert Rodríguez, nacido en San Antonio U.S, comenta que las películas de terror le fascinan desde que era pequeño y que por eso, tenía muchas ganas de llevar Planet Terror a la pantalla grande. “La noche de los muertos vivientes”, una de las tantas que dirigió George Romero, un ídolo para mí, fue un descubrimiento. Pero realmente lo que me atrajo de ellas fue esa situación, ese sentido de caos que se crea en ese mundo fantástico o cuando a los humanos son puestos al límite de la extinción, de morir y se ven enfrentados al apocalipsis”.

Incluso el director de “El Mariachi” considera a las películas de zombies el ambiente idóneo para dar rienda suelta a los sueños y generar un mundo más creativo. “Las películas de zombies no te piden crear cosas más reales si no que te piden ser más creativo, dar más libertad a tu imaginación. Me pareció una buena idea jugar con ese mundo fantástico que tanto me gustaba cuando era pequeño”.

Las películas de bajo costo son la característica especial en el currículum del creador de Spy Kids. Él reconoce que siempre le ha interesado hacer películas de bajo coste porque con ellas tiene más libertad para desarrollar lo que quiere. “Los estudios de cine tienen menos riesgo de pérdida y se preocupan menos ya que están gastando menos. Bueno, y si se me ocurre contratar una chica guapa y ponerle de pierna una metralleta nadie me lo discute ni me lo niega porque ésta cuesta tres dólares. Es una buena situación para todos”. Y agrega que “lo que considero un reto es pensar cómo puedo llevar las ideas a la pantalla en forma barata”.

Sin duda, en estos filmes hay una línea muy fina, un límite entre lo cómico, lo serio, lo terrorífico y lo que se pasa de la raya hacia el mal gusto. Rodriguez señaló que “muchos de los directores que hacían este cine no tenían experiencia y no sabían muy bien cuando parar e iban mas allá, dándole ese toque gracioso. Lo importante es que todos los actores se crean lo que estan diciendo, sean serios y no se rían. Eso entrega al público una interpretación muy real, que a la vez puede sacarte una risa. Esto hace que te puedas permitir pasar la frontera y volver, y estar todo el rato en esa especie de borde sin caer en algo feo”.

Eso sí, todo no ha sido color de rosa con este proyecto. Pese a que la crítica norteamericana aplaudió la doble sesión de Grindhouse, la taquilla no acompañó a la dupla Rodriguez - Tarantino en EE.UU. “Desde un principio sabíamos que sería un reto y un riesgo que debíamos correr, y en cualquier caso pensamos que éste era un regalo. Dos películas al precio de una. Al final era demasiado tiempo para estar en una sala y la gente en los Estados Unidos no les gustó eso”.

El traspié en taquilla no fue una buena carta de presentación para que éste subgénero pueda volver a los cines, pero aquello no le importó mucho a Rodríguez, ya que es muy posible que surja un Grindhouse II, especialmente por lo bajo de sus costos. “La mayoría de los directores que trabajaron haciendo trailers falsos se divirtieron mucho, al igual que yo con el trailer de Machete, y que pienso filmar más adelante. La idea de esta ahí pero nada más. Tenemos que esperar”.

Asimismo, Planet Terror y Death Proof no serán estrenadas juntas en otros países (en España fueron separadas) ya que el concepto fue pensado sólo para los países anglosajones. “Nunca pensamos que afuera de estos países se iba a entender el concepto. Por eso, al principio preferimos estrenar las películas por separado afuera de los Estados Unidos para que estas tuvieran más éxito”.

Nicolás López y ‘Santos’

Robert Rodríguez siempre mezcla en sus filmes a los actores latinoamericanos junto con los grandes del celuloide. “Contrato a actores latinoamericanos en mis películas porque creo que tienen un grandísimo talento. A mí me gusta tener bajos costes y la gente que trabaja para mi lo sabe y ellos deben bajar su precio”.

Al director chileno, Nicolás López, lo conoció en Los Ángeles y de su trabajo tiene muy buena opinión. “A Nicolás López lo ayudo porque tiene mucho talento. Ví Promedio Rojo y me gustó. Así que con mi productora Troublemaker apoyo los efectos especiales de la película ‘Santos’. Pero yo siempre ayudo a los latinoamericanos porque creo que cuando llegan a Hollywood se sienten desprotegidos. A veces muchos me llaman para pedirme ayuda y es bueno darles una mano para que salgan a flote en el medio”.

Proyecto Barbarella/Sin City II


Rodríguez esta trabajando a full, en estos momentos, en varios proyectos porque le gusta dedicarse a muchas cosas a la vez. “Lo que está ocupando gran parte de mi tiempo ahora es Barbarella. Yo no me dedico a un proyecto solamente y estoy desarrollando muchos a la vez por si se cae uno. Debo encontrar siempre el equilibrio y, si no sale uno, salto al siguiente”.

Adelantó que no ha hecho ningun casting en Barbarella y que recién está “escribiendo el guión. Y este proyecto necesita mucha preparación porque es de ciencia ficción”. Por el otro lado, dio una píldora de lo que será Sin City II. “El guión de Sin City II está en mis manos y estamos avanzando. No digo más”.

El futuro del cine y el descenso en la venta de entradas en las salas es un tema que le preocupa al cineasta. La solución para Rodríguez es que los creadores deben arriesgarse y llamar la atención del público. “Yo creo que hay un monton de herramientas en el mercado, los DVD, las grandes pantallas, los plasmas, que hacen que la gente se quede en casa y no vaya al cine. También hay muchas copias piratas que se venden en la calle. Yo me arriesgué con esta sesión de Grindhouse, y por ejemplo, George Lucas también, junto a otros directores, está invirtiendo tiempo y en gente para que la ida al cine vuelva a ser excitante de nuevo. Creo que depende de nosotros, de los directores, que volvamos a llevar a la gente al cine. Pasó lo mismo cuando se masificó la televisión, especialmente a color. Muchas cosas podemos hacer, los grandes efectos, el 3D, y las grandes historias se tienen que contar en la pantalla grande. Me encanta el cine porque es una gran experiencia”, concluyó.

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