Renovación del DNI, misión imposible
Hasta ahora, nunca había tenido quejas del trato recibido por la administración pública en mis diferentes gestiones administrativas (quedan excluidos los encargados de expedir la tarjeta sanitaria, que son caso aparte).
Sin embargo, estos días he podido despertar del sueño y experimentar todos los casos de libro posibles. Ha sido con motivo de mi renovación de DNI y pasaporte, en la comisaría de la calle Almagro de Madrid.
Tras pedir cita previa por Internet,- la única opción posible si uno no quiere hacer horas de cola bajo un sol de justicia-, un “vuelva usted mañana” me recibió nada más llegar a la oficina.
Asombrada, le pregunté la razón al Policía Nacional que reparte suerte en la puerta de acceso. “Se ha roto el programa que da citas por Internet, vuelva mañana a las 10.00”, me dijo. ¡Pero si yo ya había pedido cita! Con esta explicación al puro estilo, “¿cómo estás?, manzanas traigo” no sé cómo no pude sospechar lo que se avecinaba. Se podía haber inventado un... “se han caído los servidores” y hubiese quedado como un señor.
Al día siguiente volví a la hora convenida, aprovechando que la comisaría está al lado de mi trabajo. Tras esperar unos minutos me recibió una amable señorita, con pinta de rata de biblioteca. A continuación, se produjo la conversación surrealista que a continuación reproduzco.
- Buenos días, ¿qué desea hacer?
- Quiero renovar mi DNI por cambio de residencia y sacarme el pasaporte.
- Muy bien, empezaremos por DNI. Deme el volante de empadronamiento, su DNI y una foto. Mientras, firme aquí (me señala una hoja con un recuadro).
Le doy todos los documentos, me dispongo a firmar la hoja, pero...
- Uy, no te puedo renovar el DNI con esta foto...
- ¿Cómo?
- La hoja lo dice claramente. Hay que traer fotos recientes y estas fotos son las mismas que el DNI anterior... de octubre de 2006.
- Bueno, y usted qué sabe si me las tomé ayer con la misma ropa...
- Pero si es la misma foto
- Pero yo le digo que tengo un estilista estupendo y ayer me hice la foto vestida y peinada igual.
- Yo le digo que no puede ser la misma foto que el anterior carné...
- (empezando a mosquearme) ¡Pero estoy reconocible!
- Si quiere, tiene ahí un Fotomatón...(señalando el aparato que hace fotos instantáneas que hay instalado dentro de la oficina)
Cabe destacar que el Fotomatón está forrado con diferentes carteles, de entre los que destaco este: “El Fotomatón no está gestionado por esta comisaría, que no se hace responsable de cualquier problema técnico”, y este otro: “No damos cambio para el Fotomatón”... Como siempre, facilitándole la vida a uno.
Con un enojo comprensible, antes de dar el espectáculo preferí marcharme muy digna, pero dejando las cosas claras...
- O sea que su función aquí, además de poner trabas, también consiste en hacer negocio y que el contribuyente gaste dinero, ¿no? Bueno, pues como siempre, son ustedes una pérdida de tiempo. ¿Me da una hoja de reclamaciones?
- Esa se la da el policía de la puerta.
- Pues a él se la voy a pedir, adiós.
Sin embargo, estos días he podido despertar del sueño y experimentar todos los casos de libro posibles. Ha sido con motivo de mi renovación de DNI y pasaporte, en la comisaría de la calle Almagro de Madrid.
Tras pedir cita previa por Internet,- la única opción posible si uno no quiere hacer horas de cola bajo un sol de justicia-, un “vuelva usted mañana” me recibió nada más llegar a la oficina.
Asombrada, le pregunté la razón al Policía Nacional que reparte suerte en la puerta de acceso. “Se ha roto el programa que da citas por Internet, vuelva mañana a las 10.00”, me dijo. ¡Pero si yo ya había pedido cita! Con esta explicación al puro estilo, “¿cómo estás?, manzanas traigo” no sé cómo no pude sospechar lo que se avecinaba. Se podía haber inventado un... “se han caído los servidores” y hubiese quedado como un señor.
Al día siguiente volví a la hora convenida, aprovechando que la comisaría está al lado de mi trabajo. Tras esperar unos minutos me recibió una amable señorita, con pinta de rata de biblioteca. A continuación, se produjo la conversación surrealista que a continuación reproduzco.
- Buenos días, ¿qué desea hacer?
- Quiero renovar mi DNI por cambio de residencia y sacarme el pasaporte.
- Muy bien, empezaremos por DNI. Deme el volante de empadronamiento, su DNI y una foto. Mientras, firme aquí (me señala una hoja con un recuadro).
Le doy todos los documentos, me dispongo a firmar la hoja, pero...
- Uy, no te puedo renovar el DNI con esta foto...
- ¿Cómo?
- La hoja lo dice claramente. Hay que traer fotos recientes y estas fotos son las mismas que el DNI anterior... de octubre de 2006.
- Bueno, y usted qué sabe si me las tomé ayer con la misma ropa...
- Pero si es la misma foto
- Pero yo le digo que tengo un estilista estupendo y ayer me hice la foto vestida y peinada igual.
- Yo le digo que no puede ser la misma foto que el anterior carné...
- (empezando a mosquearme) ¡Pero estoy reconocible!
- Si quiere, tiene ahí un Fotomatón...(señalando el aparato que hace fotos instantáneas que hay instalado dentro de la oficina)
Cabe destacar que el Fotomatón está forrado con diferentes carteles, de entre los que destaco este: “El Fotomatón no está gestionado por esta comisaría, que no se hace responsable de cualquier problema técnico”, y este otro: “No damos cambio para el Fotomatón”... Como siempre, facilitándole la vida a uno.
Con un enojo comprensible, antes de dar el espectáculo preferí marcharme muy digna, pero dejando las cosas claras...
- O sea que su función aquí, además de poner trabas, también consiste en hacer negocio y que el contribuyente gaste dinero, ¿no? Bueno, pues como siempre, son ustedes una pérdida de tiempo. ¿Me da una hoja de reclamaciones?
- Esa se la da el policía de la puerta.
- Pues a él se la voy a pedir, adiós.
Y así, ante la mirada desafiante de sus compañeras cuyos puñales sentía fríos como hielo en mi espalda, me fui hacia el puesto del Policía Nacional que estaba en la entrada. Inocente de mí, no pensé que aquí se iba a producir una situación más rocambolesca, si cabe.
- ¿Me puede dar una hoja de reclamaciones?
- Sí, un momento, que voy a buscar los tomos.
Se empieza a pasear por la oficina. Va, vuelve, vuelve a ir... se cruza con una compañera, le pregunta... y por fin, viene con los tomos.
- Aquí tiene, puede rellenar esta hoja.
Termino de rellenarla, y me da un impreso rosa sellado (en la imagen). Se debe pensar que me he caído de un guindo...
- Perdone, pero me tiene que dar dos copias-, le digo
- No, ahora sólo tengo que darle una.
- ¿Está seguro?
- El resto de los campos deben rellenarlos en el lugar donde usted vaya a presentarlo.
- -Silencio incómodo-
Me enseñaron que no es bueno perderle el respeto a la autoridad, así que, antes de salir esposada de la comisaría de la calle Almagro de Madrid, decidí marcharme, indignada. Cuando uno pide una hoja de reclamación, el establecimiento debe quedarse con el impreso rosa sellado y el consumidor con el original y el impreso verde. A lo mejor en las comisarías funciona de forma diferente.
Que intenten engañar a uno en una tienda, puedo entenderlo, pero que intente engañarte la propia Policía Nacional, que persigue a quienes van contra la ley... ¡es de juzgado de guardia! Con pocas ganas de entrar en un bucle solicitando hojas de reclamación por no haberme dado bien la hoja de reclamación, decidí irme a mi casa, sin DNI y sin pasaporte, por segundo día consecutivo.
Este tipo de comportamientos dejan claro la falta de motivación y afán por superarse día a día que tienen los funcionarios del Estado. A estos dos no puedo desearles nada malo. Bastante tiene ella con regocijarse en la ira que provoca a quienes atiende y bastante cruz tiene él, porque pasar unas oposiciones a Policía Nacional para terminar en una oficinucha pasando lista y repartiendo citas y no ser capaz ni de satisfacer las dudas de quienes van a renovar el DNI, habla por sí solo.
Para la próxima me apunto el sabio consejo de un profesor que tuve en la universidad. "Con la burocracia no se puede luchar, así que, no olvides llevar contigo los documentos que te pidan, por cuatriplicado". Añado: "¡ y que las fotos sean de anteayer!".
Comentarios
Qué estupenda es la blogosfera para estas cosas!
En fin,... me sacaré otra foto...
Tras haberme "interrogado" varias personas (he contado un total de 5 y sólo he visto a 4 funcionarios, es decir, que uno de ellos me lo ha preguntado dos veces, es decir, además de maleducados, con problemas de memoria a corto plazo ):"¿qué hace usted aquí?" "¿qué quería?" "¿sí?" o, simplemente, tras mirarme con gesto interrogante y fastidiado, como si no tuviera ningún derecho a esperar de pie en una oficina de atención al público, que se supone está al servicio del contribuyente proporcionando información y orientación, he contestado a un caballero sentado a una mesa de despacho, molesto con mi presencia en la mesa de al lado:
-¿Qué quería?
-Estoy esperando por la cita del DNI.
-Aquí no se piden citas del DNI.
-Lo sé, lo he explicado ya varias veces, y no sé por qué sólo me preguntan a mí, cuando hay varias personas esperando al mismo asunto. No contestan al teléfono ni internet funciona.
- LE ESTOY PREGUNTANDO A USTED (esto lo dijo elevando el tono, y hablando en tono intimidatorio, chulesco y autoritario).
- Y yo le estoy respondiendo.
- Salga usted de ahí, no puede estar ahí.
En ese momento, el funcionario que ocupaba la mesa en la que tenía que atenderme le dijo que "nos había dicho que podíamos esperar ahí", cosa que no gustó al amable caballero que me había coaccionado anteriormente con sus preguntas.
Cuando llegó mi turno, me recordó una vez más el señor funcionario que "AQUÍ NO SE PIDEN CITAS PARA DNI, LO HE DICHO CIEN VECES, Y ESTO ES UN FAVOR PERSONAL", a lo que le aclaré que yo sólo había ido a preguntar, cuando me encontré que estaban dando citas a otras personas por los mismos motivos, y por eso estaba frente a su mesa.
De otro modo, me habría marchado gustosamente, para no soportar el mal rato, la pésima educación, el enfado, la indignación, y las groserías de unos funcionarios que trabajan de cara al público, y a los que les falta muchas habilidades sociales, coordinación y buenas maneras.
No puse reclamación, aunque estoy pensando en hacerla, porque me miraban mal, y estaba deseando salir de allí.