Picasso: El amante incontrolable
Además de ser un genio, a Pablo Picasso le persigue la sombra de haber sido un maltratador con las mujeres que pasaron por su vida. Antonio Olano, amigo personal y biógrafo, defiende la fidelidad del artista en su reeditado libro “Picasso y sus mujeres”. Sin embargo, reconoce que “era un niño tímido y malvado, imposible para convivir con él”.
Madrid
La relación del maestro de la pintura moderna, Pablo Ruiz Picasso, con sus mujeres ha sido retratada como conflictiva y machista. La mayoría de los investigadores de su figura destacan que a lo largo de sus 92 años, el pintor, más que convivir con las féminas, las hizo sufrir y las encerró en su cárcel personal: su mundo.
Este año se cumplen 33 años de la muerte del genial artista y aún se desconoce si estas afirmaciones son reales o sólo un mito creado en torno al creador del Guernika. Pero un hombre logró atravesar la linea infranqueable que el malagueño estableció ante los extraños, y convirtió los secretos y mentiras vertidos sobre el dibujante, en una completa biografía .
El periodista y escritor gallego, Antonio Olano, forjó una estrecha amistad con Picasso durante mas de 25 años, tras conocerlo por intermedio del padre de Miguel Bosé, el torero Luis Miguel Dominguín. “Mi encuentro con el maestro fue en su casa de la Costa Azul. El torero, Dominguín, me había advertido que sus reacciones eran muy raras y que, pese a que se le anunciaba visita, de pronto podía marcharse de viaje, ponerse enfermo o buscar alguna disculpa para no abrir sus puertas. Pese a todo eso, se convirtió en mi mejor amigo”.
De esta manera, se transformó en el único profesional que tuvo acceso a la vida del andaluz, a su círculo más íntimo, más privado, más personal. Lo que le permitió desarrollar dos biografías sobre el artista español: “Picasso Íntimo” (2006) y “Picasso y sus mujeres” (1987); esta última reeditada a finales del 2006 expresamente para celebrar el 125 aniversario del nacimiento del pintor. Ambos libros son considerados los mejores que se hayan escrito sobre el también escultor. “Me demoré 30 años en escribir este libro porque todo se basa en mis experiencias”.
Según Olano, Pablo Picasso, que también era escritor y ceramista, tuvo más de 100 amantes. El profesional conoció bien a sólo 20 de ellas, entre las que se destacan Fernande Olivier, Marie-Thèrése Walter, Geneviève Laporte, Eva Gouel, Dora Maar, Jacqueline Roque, Olga Koklova, Françoise Gilot. “A Pablo Picasso como amante lo describiría como una persona excepcional que jamás maltrató, como se dijo, a sus mujeres. Simplemente era fiel a cada una de sus mujeres mientras que duraban”, contó el dramaturgo en la presentación de su renovada obra en el barrio madrileño de El Retiro.
Un niño en cuerpo de hombre
Picasso era un amante descarnado, como su pintura. Conocía a una mujer, hacía amistad con ella, la convertía en su modelo, que era mas o menos la antesala del amor carnal. “Así entronizaba Picasso a sus mujeres que deseaba tener “para siempre”, un “siempre” que, como todo lo definitivo en él, tenía un límite en tiempo”, comentó Olano.
Ninguna modelo que se presentaba en su estudio se le escapaba porque, en definitiva, quedaba atrapaba en su lienzo. Un elemento que el pintor surrealista sabía manejar y convertir en una obra maestra. “Para descrifrar su activa vida personal, amorosa y creativa es elemental dirigirse a sus lienzos. Estos son la memoria de su vida. Efectivamente, toda la obra de Picasso son sus vivencias. No sería necesario conocer los nombres y apellidos de “las mujeres de Picasso” porque todas están en sus lienzos”, señaló.
Olano toma como referencia a Jaume Sabartes, secretario personal de Picasso, quien aseguró que la mayor parte de sus épocas pictóricas podrían llevar el nombre de una mujer en vez de ser designadas por un término estético o simbólico. “El límite amatorio de Picasso se perdía en el horizonte. Cuando él creía que había llegado ahí todavía le esperaban muchas más aventuras”.
Lo claro e indiscutible es que los fracasos amorosos del pintor se sucedían sin parar. Eso sí, él no se limitaba con una mujer y buscaba consuelo y reconocimiento en los brazos de otra. Volvía a nacer luego de conocer a otra mujer. “Picasso nunca miraba atrás porque era un hombre que vivía para el porvenir, al que ya no le interesaba la obra que acababa de concluir. Lo que era realmente suyo era el lienzo que tenía ante su mirada e iba manchando con sus pinceles. Ni siquiera le importaba ya la mujer que estuviese a su lado porque latían en él los proyectos de nuevos amores”, relató el poeta_periodista nacido en Galicia.
Incluso la madre de Picasso, María, presagiaba los problemas de su hijo con las féminas cuando encaró a su primera nuera, la bailarina rusa Olga Khoklova: “¡Pobre Muchacha! No sabes bien en dónde te vas a meter. Si yo fuera tu amiga te diría que no lo hicieses bajo ningún concepto. No creo que haya una mujer que pueda ser feliz con mi hijo. Es capaz de darse a sí mismo, pero no a otra persona”.
Pero frente a las denuncias de maltratador, Pablo siempre se defendió con el argumento que en su corazón, todas las mujeres han sido igualmente importantes en su vida. “Yo he procurado ser fiel a la mujer que estaba a mi lado, dentro de un orden. Sería injusto si digo que no he amado a las mujeres que me acompañaron. Cuando una persona no es capaz de seguirnos siempre, llenando cada periodo de nuestra vida, es cuando la abandonamos o nos abandona”.
Si bien algunos autores se refieren a la crueldad con que Picasso trataba al sexo femenino, Antonio manifestó que consideró mas que nada infantiles las actitudes de su amigo. Como cuando una vez sacó por una puerta a Dora Maar, amante en ese momento, y por la otra, a Marie Théresè, compañera legal. “Una vez le toqué el tema de su juego con las mujeres y él me contestó: “Ya te lo he dicho una vez. ¡Me gusta hacer cabronadas, que son las travesuras de los que hemos dejado de ser niños! Son nuestras picardías . Además, esos enredos están en las comedias italianas, en Molière, en el teatro del bulevar. Y no te olvides que soy el autor teatral del futuro”.
La película “Surviving Picasso” (1991), con Anthony Hopkins en el papel estelar, puede ser una fuente para corroborrar las actitudes del grabador hispano, sin embargo, al periodista gallego le provoca urticaria. “Él no trataba mal a sus mujeres y quienes dicen eso, mienten. Además, la película donde actúa Anthony Hopkins es una mierda, ese no era Picasso ni nada parecido”.
Destacó, eso sí, que su amigo era un hombre natural, para nada pedante y que de él atraía su tremenda personalidad. “Picasso era un hombre difícil porque si no, no hubiera sido ni hubiera pintado las maravillas que pintó”.
Por su parte, una de sus musas da una opinión personal sobre el español. Francoise Gilot, pintora con quien tuvo dos hijos, relató en su biografía personal que pese a tener setenta años, Picasso se comportaba igual que un adolescente. “Picasso era un viejo que continuaba siendo infantil porque no había madurado el niño que tenía dentro”.
Tal y como evidencia su biografía, parece ser que el machismo español estaba muy presente en el pintor cubista y él no lo escondía. Esa característica tan patente en los latinos era la justificación que presentaba Picasso para explicar su deseo de dominio sobre sus mujeres. “Yo podía exigirle a ellas que estuvieran siempre conmigo, pero difícilmente una mujer conseguiría que yo estuviese encerrado, dedicado íntegramente a ella. El español que jamás me abandonó me hizo comportarme como un machista y recordar un refrán que yo repetía riéndome, pero que a la larga sería un axioma que no se alteraría jamás: “La mujer, la pata quebrada y en casa”.
Pablo Inmortal
En tanto, el talón de Aquiles de Picasso no era algo terrenal porque el se creía inmortal. “Pablo no creía en su muerte, había decidido que todos nos plantásemos en una edad. Hablar de la muerte estaba prohibido en su casa y si se hacía, tocaba madera. Eso le divertía, se había convertido en un juego de niños para él”, explicó Antonio Olano, al mismo tiempo que se negó a dar la suya cuando intentamos saberla. Porque es un secreto celosamente guadada nos confesó su encargado de prensa, Javier Aguirre.
Sin embargo, de nada le sirvieron al pintor sus supersticiones, pues todos los humanos son iguales ante la muerte. “Historia de la maldición” llamó alguien a la de la familia y herederos de Picasso. Y no estaba perdido. La madre de Maia, María Théresè Walter, se suicido a los sesenta y ocho años, ahorcándose en su casa de Jean –les-Pins. Paulo, el primer hijo y el único reconocido legalmente por el pintor, ya que era fruto de sus primer matrimonio, falleció víctima del alcoholismo en 1975. El nieto, Pablo se suicidó ingeriendo lejía(cloro), en 1973, por una fuerte depresión porque además de no ser recibido en casa de su abuelo, no se le abrió la puerta cuando éste había muerto.
Además, una de sus amantes más influyentes, la fotógrafa argentina Dora Maar estuvo encerrada en un manicomio tiempo después de que él la abandonara y se hizo profundamente religiosa. Y su última mujer, Jacqueline Roque, se suicido pegándose un tiro después de la muerte de Picasso, porque decía que la vida sin él no tenía sentido.
Tanta tragedia, sin embargo, derivó en un jugoso emporio económico. Y es que, tras su desaparición, los “picasso de Picasso”, propiedad del pintor y que conservaba su última mujer, Jacqueline, arrojaron el balance de 1.876 cuadros, 7089 dibujos, 5000 dibujos en cuadernos18 grabados, 1355 esculturas y 2880 cerámicas. En total: una riqueza incalculable para esa época y para la actual.
Finalmente, Olano nos adelanta que se realizará con su libro una película en Hollywood. Los derechos fueron vendidos a la productora de Sharon Stone. El gallego pretende que esta vez la meca del cine no “presente un filme tan mierda como el anterior” si no que de vida al verdadero Picasso. Ese pequeño pero creativo hombre que le abrió la puerta de su vida y la de sus mujeres.
Mas información: www.picasso.fr
Comentarios