Alex de la Iglesia se mete en las grandes ligas


MADRID


Uno puede pensar que Alex de la Iglesia, el director de comedias tan hilarantes como ‘El día de la bestia’ (1995), ‘Perdita Durango’ (1997) o ‘La comunidad’ (2000), se estaba volviendo loco al embarcarse en la filmación de ‘Los crímenes de Oxford’, una película de misterio a la antigua y que se desarrolla en la comunidad universitaria inglesa más prestigiosa de la isla.


Sin embargo, el ‘gordo’ no había perdido la cabeza como habitualmente lo hacen sus personajes sino que la cordura lo afectaba más que nunca. Por que con ‘Los crímenes de Oxford’ demostró a sus críticos que puede mostrarse versátil y profesional, y que tras tres años sin estrenar en la gran pantalla, sigue siendo unos de los mejores cineasta de habla hispana.

“Esta película era todo un reto. Es una película de género puro, la idea era tratar el género en sí mismo, hacer un clásico filme de misterio. Es la típica estructura de ¿Quién es el asesino?. Y pese a ser una historia diferente a las que he rodado el espectador avezado identificará cosas mías de anteriores filmes”, señaló en su presentación en Madrid.

De la Iglesia comentó que en esta nueva obra los actores “dicen más de lo que hacen” y que grabar en inglés fue una batalla que debió ganar día a día. “Mi inglés no es bueno en absoluto pero me sabía y se me el guión de memoria. ‘Perdita Durango’ también la trabaje así. No es tan complicado porque las motivaciones son iguales en cualquier idioma y también descubres la música en las frases, igual que en castellano, es el mismo proceso… Fue difícil para mí pero lo fundamental fueron los grandes actores que tuve en plató que me ayudaron mucho a grabar la película”.

En ‘Los crímenes de Oxford’, que costó 8 millones de euros, el creador de Mirindas asesinas (1991) lleva a la gran pantalla la adaptación de la novela de Guillermo Martínez. La cinta muestra la lucha mental entre dos personajes que buscan la verdad. Arthur Seldom (John Hurt), un prestigioso profesor de Lógica y Martin (Elijah Wood), un estudiante norteamericano de matemáticas, investigan una serie de asesinatos que parecen tener una serie lógica. “La subtrama de la película es la duda de si existe la verdad. ¿Es posible decubrir la verdad? ¿Es posible descubrir algo con certeza? ¿Podemos confiar en la realidad?. En esos parámetro se mueve el filme”, explicó el realizador de ‘Crimen Ferpecto’ (2004).

Por su parte, Alex de la Iglesia también reconoció que el genio de Alfred Hitchcock fue una inspiración elemental para construir ‘Los crímenes de Oxford’. “Hay cosas que son obvias y la película tiene un padre mental que es Hitchcock, que es más que un director, es una manera de ser, un género en sí mismo”.

John Hurt, el maestro

Trabajar con el actor John Hurt, uno de los más grandes de todos los tiempos, es una bendición dada a cualquier director de cine. Para el vasco no fue la excepción ya que se convirtió en la experiencia más gratificante de su vida profesional. “Cuando trabajas con John Hurt debes concentrarte para que no se te caigan las lágrimas. La verdad es que un director pierde la mitad del hemisferio izquierdo del cerebro explicando lo que quiere de los actores. Es un proceso agotador. Entonces encontrarse con un actor como Hurt resulta doblemente asombroso porque siempre tiene lo que tú le has pedido”, dijo.


En tanto, de la Iglesia adelantó que tiene otro proyecto en camino, ‘La marca amarilla’, una adaptación de un cómic belga. “La película será rodada en Londres y en inglés, y tendrá mucha aventura”.

Al parecer, el idioma inglés acaparó el nuevo cine de quien se iniciara como un precoz dibujante de cómic y luego se especializara como decorador en televisión. “Quiero hacer cine más ambicioso y es evidente que tengo que hacerlo en inglés”, concluyó el bilbaíno.

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